Sea cierto o no siempre he oído decir que cuando el escorpión se encuentra acorralado por el fuego, antes de sufrir el efecto devastador de las llamas, se suicida clavándose su propio aguijón. Una conducta muy parecida puede observase periódicamente en la izquierda de nuestro país. Su última manifestación se está viendo cristalizada estos últimos días con la creación de un nuevo movimiento cívico de izquierdas y antineoliberal, impulsado por un grupo de intelectuales denominado Red de Convergencia Ciudadana, que tiene por objeto “despertar la conciencia de la opinión pública y actuar cuanto antes para frenar los abusos que se están cometiendo contra los trabajadores y trabajadoras, contra los pensionistas o contra los pequeños y medianos empresarios que también padecen los abusos de la banca y de las grandes empresas”.
El llamamiento a la ciudadanía progresista realizado por este movimiento está firmado por personas pertenecientes al mundo de las artes o de la intelectualidad como José Luis Sanpedro -mi admirado catedrático de Estructura Económica en los años 60- Almudena Grandes -insigne y prestigiosa escritora- o Carlos Berzosa -rector de la Universidad Complutense-, pero en él también destacan políticos con clara militancia política actual o pretérita como Gaspar Llamazares, Inés Sabanés o Santiago Carrillo.
Vamos a ver si lo he entendido. ¿Cuando las “llamas” del Partido Popular están amenazando con diferencias en la intención de voto, sobre el único partido de izquierdas que puede gobernar este país, con porcentajes de hasta dos dígitos, al “escorpión” de la izquierda -perdón por la metáfora que espero no sea explotada por comentaristas poco imaginativos- no se le ocurre otra idea que la de sacrificar sus escasas posibilidades de supervivencia dividiendo y enfrentando a las distintas sensibilidades progresistas, o dicho de otra forma, facilitando el camino de acceso al poder del único partido que representa los intereses de la derecha y del que se es plenamente consciente que realizará la más beligerante política neoliberal?
Contesto mi propia pregunta: Este nuevo movimiento puede ser un “aguijonazo” letal a las escasas esperanzas de remontar en la intención de voto de los ciudadanos cuando las elecciones municipales y autonómicas están a la vuelta de la esquina y las generales a un año vista. ¿Por qué esas prisas en las actuales circunstancias? ¿No sería más sensato tratar de evitar el mal mayor -desde una sensibilidad de izquierdas- de un casi seguro triunfo del Partido Popular y dejar para más adelante una iniciativa como la que se comenta?
“Lo que está ocurriendo -manifiestan en su llamamiento los creadores de la Red de Convergencia Ciudadana- es una inmoralidad flagrante y contraria a los principios más elementales de la democracia y de la justicia social”. Pues si la situación es tan grave -que no dudo que lo sea- ¿no será prioritario evitar que empeore? A no ser, claro, que desde determinada izquierda se considere que el mal mayor no sea el PP sino el PSOE. Pero esta eventualidad no quiero ni planteármela, aunque no he podido evitar pensar en ella cuando he visto entre los firmantes del llamamiento a Julio Anguita -el de la teoría de “las dos orillas” y el “sorpasso” ¿recuerdan?- cuyo comportamiento entre 1993 y 1996 fue de vital importancia para que Aznar conquistase el poder. No repetiremos la historia ¿verdad?
Gerardo Rivas Rico (Grosso Modo) Licenciado en Ciencias Económicas
(Fuente: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=55933)
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