Presidente, te oí el otro día en una entrevista en Radio Nacional de España. Estuviste muy bien. Y me dije a mí mismo: ¿por qué no explicará las cosas así más veces? Y también me dije ¿por qué no elige ministros que sepan explicar lo que hacen, para qué lo hacen y por qué lo hacen? Vamos a ver si nos entendemos, presidente Zapatero, la situación para el socialismo no es buena. No es sólo que lo digan las estadísticas, es que se nota en cada rincón de España. Y lo más increíble es que, mucho de lo que pasa, es porque nadie explica bien lo que pasa, por qué pasa y lo que se hace para que no pase.
Porque si se explicase, la reacción sería muy distinta.
Mercados – ¿Tú crees que es normal que estando haciendo en economía lo que hay que hacer nadie parezca entenderte? Que no es verdad que haya una dictadura de los mercados, que lo que hay es un funcionamiento normal de una economía que tiene las mismas reglas que usamos todos los ciudadanos en nuestras vidas. Explícalo.
Supongamos que has reunido unos ahorros ¿qué haces con esos dineros? Primero decides si quieres mucho, poco o nada de riesgo, luego decides la rentabilidad que quieres. Si esos ahorros son para garantizarte pensiones, la prioridad será la seguridad. Pues, en el mundo, muchos ahorradores han juntado sus dineros y se los han encomendado a unos gestores con una orden: no quiero riesgos.
Esos gestores suelen invertir generalmente en renta fija, especialmente en deuda de los Estados. Y ahí tienen mucho donde elegir. Deuda alemana y española, por ejemplo. Alemania no les da ningún miedo y aceptan que a cambio tendrán poca rentabilidad. España les da algún miedo y exigen intereses más altos. Eso significa que todos los españoles tenemos que pagar más impuestos (o reducir otros gastos) para pagar los intereses. Puede llegar a ser tremendo el precio que nos pidan para comprar nuestra deuda.
Cuando este peligro real ocurre, un buen administrador (tú o yo) reduce rápidamente sus gastos y trata de aumentar sus ingresos. Así, los que nos prestan (los mercados, los bancos, un pariente rico) estarán seguros que somos capaces de devolver lo que ya nos prestaron un día e -incluso- nos pueden renovar los créditos a un buen precio.
Una persona o una institución que presta, quiere sobre todo que se le devuelva el dinero y medirá sus costes en función del riesgo que cree que está corriendo.
Presidente, has hecho lo que hacen todos los ciudadanos y todas las empresas ante sus deudas. Pero lo has explicado mal y dicen que te has “rendido a los mercados” o que eres “prisionero de los mercados”.
Déficit público – Otra vez algo muy sencillo de explicar si se abandonan los términos técnicos. Supongamos que tú o yo gastamos más de lo que ingresamos con nuestro sueldo. Pues se produce un déficit; vamos que tenemos un agujero o un pufo. Para taparlo, se pide un crédito. Y empieza la rueda de los ingresos, los pagos normales más los pagos del crédito. Y no cuadra. ¿No te suena, empresario o ciudadano de a pie? Pues igual le pasa a España.
Crédito – No es cierto que el crédito sea una forma equivocada de vivir. Digo más, sin crédito no hay desarrollo. Está analizado desde el
Renacimiento. Pero los créditos tienen dos condiciones para que el sistema no se hunda: 1º que el que presta sea un profesional prudente que no preste más de lo que calcula que puede razonablemente devolver su cliente o amigo; 2º que el que pide el préstamo sea una persona (ciudadano, empresario o Estado) que no se endeude más de lo que puede devolver con su trabajo, sus rentas o sus ingresos presupuestarios. Y hemos vivido años que todos hemos hecho todo lo contrario.
Crísis – Esta crisis tiene un origen fundamentalmente financiero, pero inmobiliaria a la vez. Pero no todos los países la están sufriendo: la sufren los países que disparataron los préstamos y enloquecieron haciendo casas. No es cierto que la crisis sea mundial. Esta crisis la sufrimos los que no pusimos controles suficientes al crédito y a la construcción. Más aún, esta crisis es un merecido castigo para los países que no controlaron al crédito y a las inmobiliarias. Es muy importante contar a los ciudadanos que se están reforzando las medidas de control e inspección del mundo financiero y de control y disciplina del sector ladrillo para que no vuelva a ocurrir. Zapatero no explica lo que hace para que el Banco de España y las Comunidades Autónomas tengan poderes de inspección y supervisión reforzadas.
Ministros – No hacen ninguna falta ministros que entiendan de su ministerio, lo imprescindible es que tengamos ministros que sepan explicar lo que hacen. Es la hora de los pedagogos, de los didácticos, no es la hora de los que saben, si no lo explican de forma sencilla. Es la hora de los que simplifican, no de los que complican los discursos o utilizan tecnicismos que nadie entiende.
Presidente, tienes que cambiar ministros para este último tramo político, pero sólo si eliges a compañeros que saben explicar las cosas de forma sencilla. Si vuelves a elegir a gentes listísimas a los que nadie entiende, nos vas a llevar a un desastre injusto. Cada tiempo tiene su respuesta: ante el crecimiento, la sofisticación aunque se entienda mal; ante la crisis, la simplificación que pueda entender todo el mundo.
Y que repitan una y mil veces que esta política es plenamente socialista, que lo que piden ciertos “progresistas” nos llevaría a todos los ciudadanos a la pobreza y a una crisis mayor.
Pero, presidente Zapatero, explica las cosas.
Luis Solana es militante socialista y promotor de Nuevas Tecnologías
http://www.luissolana.com/
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