La memoria del proyecto incluye un sin fin de equipamientos que nada tienen que ver con la Capitalidad Europea ni con la cultura.
Después de dos años de secretismo, por fin, los ciudadanos hemos conocido en qué consistía el proyecto de Santander 2016. Y la sorpresa ha sido tan grande como la decepción. Ha tenido que ser tras quedar eliminados en el primer corte y a través de una filtración a los medios de la derecha pero, al menos, hemos podido confirmar que la memoria del proyecto estaba escondida en la caja azul por algo: porque el proyecto está tan vacío de contenido como de sentido común.La Fundación 2016, dirigida por Rafael Doctor, aplicando la praxis del "todo vale", ha ido cogiendo todas las infraestructuras que se están desarrollando o que se prevén ejecutar en la ciudad y los ha incluido como uno de los ejes principales que sostienen la memoria 'El sueño de Europa'. La Fundación no proyecta ni una sola infraestructura que no estuviese ya diseñada. Así, Santander 2016 es el cajón de sastre de los proyectos que el Gobierno de Cantabria, Ayuntamiento de Santander y también el Ejecutivo central vienen negociando en los últimos años. Porque, ¿qué relación guarda la vida cultural de la región con la reordenación del frente marítimo y de los espacios ferroviarios; el metro ligero; la ampliación del parque de Las Llamas; el párking subterráneo de Castilla- Hermida; la conexión de la Avenida de Los Castros con Camilo Alonso Vega o el túnel de Las Estaciones hasta Los Castros? Otros de los equipamientos que la candidatura presenta sin entender muy bien por qué son la instalación de escaleras mecánicas en el barrio Santa Teresa, Río de la Pila y Herrera Oria); glorietas en General Dávila; la construcción de una mediana en la Avenida Los Castros, la renovación del Paseo Menéndez Pelayo, así como otras obras menores, en su mayoría, financiadas por el Plan E.Las únicas instalaciones que se incluyen en la memoria y que realmente sí guardan relación con la cultura son: el Centro Botín, el Centro Pronillo, los restos arqueológicos de La Porticada, el Museo de Prehistoria, el Centro de la Imagen del Mercado de Miranda; el Centro de Creación Musical y la creación de un Museo del Deporte. No obstante, todos estos son proyectos no nacen de la

Fundación sino de otras entidades. Así, por ejemplo, la rehabilitación del Palacio de Pronillo es una obra ya iniciada que la Consejería de Cultura ha defendido para que los 1,8 millones de euros que supone sean financiadas por el 1% cultural; el Museo de Prehistoria también es un proyecto del departamento dirigido por Marcano; mientras que el proyecto de recuperación de los restos arqueológicos de La Porticada comenzó a ejecutarse hace varios años. Por no hablar del Centro Botín, que nace de la iniciativa del banquero cántabro porque Renzo Piano desarrolle en la bahía un gran centro multidisciplinar y que se ha querido vender como el fruto de la Capitalidad Europea.En resumen, el equipamiento previsto para Santander 2016 es una mezcla entre un sin fin de obras que nada tienen que ver con la vida cultural de la ciudad y proyectos nacidos de la iniciativa de otras administraciones.
LA CONFUSIÓN DEL ALCALDE
A este respecto, el regionalista José María Fuentes Pilas, reprochó, en declaraciones a este diario, la "confusión" que el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, ha tratado de crear entre los ciudadanos en relación a la realidad del proyecto.En este sentido, consideró como una "provocación" y una "trampa disuasoria" que el alcalde haya incluido el "argumentario político" que el equipo municipal y el Gobierno regional llevan negociando toda la legislatura. Fuentes Pila señaló como el popular "ha sumado su política" al proyecto cultural, lo que valoró como "inadmisible" y "discurso perverso". Así, citó como ejemplos el Plan General de Ordenación Urbana, el Plan Estratégico 2020 o Las Llamas, "que se escapan a la realidad del proyecto"."Han desarrollado cuatro ejes y luego le han sumado todo lo que han pillado", concluyó el concejal.Además, aseveró que "por respeto" a los patronos de la Fundación, De la Serna no debería haber incluido "proyectos políticos". "No tiene ni pies ni cabeza", subrayó.Al mismo tiempo, manifestó no entender por qué el proyecto ha sido ocultado, tanto por los miembros del Ayuntamiento como por la Fundación, cuando la inversión es con dinero público y, por lo tanto, los ciudadanos deberían estar al corriente. En este sentido, lamentó que este secretismo haya evitado la participación ciudadana. En su opinión, Santander 2016 debería haber aunado el incalculable valor que posee la red museística de la Comunidad, una de las más importantes del panorama nacional e internacional, y no haber sido "un traje carnavalesco". "Tendría más coherencia hacer valer y poner como bandera del proyecto nuestra red de museos", aseveró.
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