Mariano Rajoy e Ignacio Diego |
Esta situación me recuerda al final de la película: “Las bicicletas son para el verano” (aconsejo que la vean), sobre la Guerra Civil española en Madrid, ante cuyo final, un padre le dice a su hijo: “No ha llegado la paz, ha llegado la victoria” haciendo referencia a la represión que les esperaba a los que no estuvieron del lado del golpista general Franco. Manipulación, intoxicación, revanchismo y corrupción, esa es la bandera de la derecha. Cuarenta años de dictadura les avalan.
El Partido Popular nunca ha ganado por meritos propios, siempre ha sido utilizando el desgaste, el insulto y la manipulación contra el contrario. Pero sobre todo, haciendo creer a los españoles que todos los políticos son iguales. Esta estrategia que estamos viendo en comunidades donde antes gobernaba el PSOE y en las que el PP ha heredado el gobierno, responde únicamente (aquí en Cantabria se le suma un odio-envidia hacia Revilla enfermizo) a la estrategia marcada por Rajoy y sus esbirros: "Allí donde han gobernado los socialistas hay que generar desconfianza, caos y aborrecimiento a su gestión". (Aunque sea completamente falso como es el caso de Cantabria). Es decir, conseguir que cale el odio a todo lo que huela a socialista o izquierda, con el único fin de conseguir ventaja electoral en las elecciones del 20N.
Quizá, porque si no sacan mayoría absoluta en las próximas elecciones, ante la oleada de recortes que trae Rajoy con su programa ultra-neoliberal, saben que la izquierda echará a arder las calles y tendrán moción de censura incluida. En Madrid ya esta ocurriendo con los profesores, porque Esparanza Aguirre hace en Madrid, lo que Mariano Rajoy calla para España. ¿Qué opináis sobre esto?
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